El optimismo es bueno para mantenerse sanos - Soy de Navarrete


 

El optimismo es bueno para mantenerse sanos

El psiquiatra Luis Rojas Marcos considera que el optimismo es “una forma de vida muy útil” a la hora de prevenir enfermedades y de poder superarlas. Control de la situación, actitud proactiva y contacto con otras personas son algunos de los ejes de esta actitud vital.

El psiquiatra Luis Rojas Marcos en la conferencia inaugural del Foro de Salud Adeslas, dijo “la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino un estado de completo bienestar psíquico y físico”.
Porque ya no solo la ciencia avanza con el fin de curar la enfermedad, sino de estudiar las cualidades del ser humano para lograr mantenerse sano y satisfecho. Y entre esas cualidades, según Rojas Marcos, destaca la resiliencia o flexibilidad para encajar los golpes de la vida y, sobre todo, el optimismo.
“El optimismo es un arte, es una capacidad del ser humano de imaginar el futuro con esperanza”, señala el psiquiatra sevillano afincado en Nueva York desde 1968 donde ha ocupado diferentes cargos y es profesor de su universidad.
Hay estudios que demuestran que las personas optimistas, ante una crisis o una enfermedad, piensan que pueden hacerle frente. Intentan tener control sobre sí mismos y sobre la situación. “Quien piensa “Que sea lo que Dios quiera” lo afronta peor”.
Además, el optimista se enfrenta activamente al problema y busca información para tomar decisiones. “Suele ver lo positivo y lo negativo y se queda con lo primero”, apunta. Pero además, presenta facilidad para conectar con los demás, para comunicarse y obtener un beneficio a pesar del problema.
¿Cómo podemos aumentar el optimismo?

Luis Rojas Marcos explica que ser optimista o no depende de factores como la genética, los estímulos recibidos en la infancia, la experiencia vital…Pero también se puede aprender con trabajo y motivación. “Pero no en un día”, advierte.

Una de las recomendaciones del psiquiatra es reducir los pensamientos automáticos, que por lo general suelen ser negativos. “Hay que apuntarlos e intentar reducirlos, es cuestión de disciplina y tiempo”.

En cualquier caso, el optimismo no se puede medir con un aparato; por eso, a la hora de estudiarlo en una persona, debe plantearse cómo ve su pasado, presente y futuro.

Para el pasado, el especialista recomienda escribir veinte recuerdos de nuestra vida. Y, curiosamente, la mayoría serán positivos. “Influye nuestra memoria, que tiende a olvidar lo negativo”.

Para el presente, hay que tener cuenta el “estilo explicativo” o cómo cada persona explica lo que le sucede. En este proceso se plantea si lo que le ocurre, bueno o malo, durará para siempre, si afectará a todo su ser o si ha sido culpa suya o de otros.

El futuro es visualizado con esperanza si la persona es optimista, piensa que lo que desea va a ocurrir. “Y la esperanza es tremendamente útil ya que la peor enfermedad que existe es la depresión, porque nos roba la esperanza”, señala Luis Rojas Marcos.

Pero también el optimismo es una cuestión cultural. Mientras que los españoles no nos permitimos mostrarnos, aunque lo seamos, demasiado optimistas y felices, porque podemos parecer “ingenuos o ignorantes”, en Estados Unidos se valora y se presume de ello.