En un nuevo aniversario del nacimiento de la República, reivindicamos la decisión, el arrojo y el sacrificio de los padres Fundadores por conquistar, al menos, el derecho de pertenencia a una nación, a un país, al supremo y glorioso sueño de ser libres e independiente.
Ellos, los hombres y mujeres que aquel febrero glorioso, tuvieron sombras, fueron imperfectos, pero dieron lecciones de honor y valentía ante el llamado decoroso de la patria, a su concurso, cada vez que a la misma le acechaba el peligro de anexión a una potencia imperial.