Un asesinato brutal, un misterio y los esfuerzos de la DNIC por encontrar al criminal. Este relato narra un caso real. Se han cambiado los nombres.
DENUNCIA.
La mujer que se sentó despacio frente al detective parecía un fantasma; estaba demacrada, tenía los ojos rojos de tanto llorar y su piel pálida mostraba la enorme desesperación que sentía. El hombre se quedó de pie a su lado. Era un hombre joven, al menos en apariencia, alto, delgado, con algunas canas, rostro de altos pómulos, ojos hundidos, pequeños y redondos, nariz puntiaguda y labios delgados. Estaba pálido y, al parecer, también la angustia lo devoraba por dentro.“¿En qué le podemos servir?”La voz del detective fue suave y agradable. La mujer pareció despertar de un profundo letargo.“Venimos a denunciar la desaparición de mi hija, una niña de apenas dieciséis años…”“¿Cómo se llama su hija?” “Yakelin”. Siga la lectura CLICK AQUI