FOTOGRAFIA DE ÑICO LORA - Soy de Navarrete


 

FOTOGRAFIA DE ÑICO LORA

El Padre del Merengue
Autor Rafael Rosado (Tony)  

“Venga una gran sonrisa, que Francisco Antonio Lora Cabrera, Ñico, vino al mundo para dar alegría”. Esta fue la expresión del músico Navarretense, aquel día que le tome aquella memorable fotografía, en la que luce impecable, como todo un caballero, erguido, viril, con sus vivaces ojos y su acordeón preferido.
 
Había ido yo al departamento fotográfico del palacio municipal de LIMBOTROPIA, a sacarme una foto para un libro que pensaba publicar. Alli, me encontre, con su director, el popular fotografo de Navarrete, el señor GUITE REYNOSO, encargado por la historia de tomar aquella memorable fotografia, que nunca use, porque aquel libro nunca se publico. Esta gloria fotografica, maestro de la metropolis subterranea, ese dia me contó, sobre la famosa foto que tambien le hizo al insigne musico dominicano Don Ñico Lora. Escuchemos a Guite, y su relato.
 
        -“Como nunca fue a la escuela, Ñico Lora, aprendió lo referente a la teoría musical de manera autodidacta, a leer y escribir tambien aprendió después de adulto. Se sabia de memoria todas sus composiciones musicales, con ritmos y acordes. El sufrió muchas vejaciones y privaciones desde pequeño. Su vida no fue facil, llena de precariedades. 

Me acuerdo que de niño debio ayudar a su padre en las labores del campo, durante el dia. Pastorear el ganado (Llevarlo y traerlo), recorriendo largas distancias. Por los montes mas espesos y solitarios. Dirigir recuas de mulos y caballos, cargados de proviciones desde el ferrocarril de Navarrete, hacia la linea noroeste y de alla para aca. Un trabajo muy pesado para un nino de apenas diez o doce anos. Cuando no, tenia que dedicarse a sembrar arroz, tabaco, cosechar viveres, frutos, asi como la recoleccion de café, cacao, guandules, tomates, lechosas y la mas amplia gama de vegetales. Su vida infantil estubo siempre dedicada al trabajo duro, para ayudar a su familia con el pan de cada dia. Todo esto durante el dia, porque llegada la noche, se las pasaba componiendo canciones.